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¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
(Gozos)

En esta navidad del año 2017, la vivimos en Medellín especialmente en los Barrios de Granizal y Nuevo Horizonte, donde quedan ubicadas las parroquias Nuestra Señora de la Macarena (Granizal) y La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo (Nuevo Horizonte). Se llevo a cabo los días del 16 al 23 de diciembre. Fue un ambiente muy agradable donde se resaltó la alegría y esperanza de volver al encuentro del Niño Dios. En esta experiencia navideña, acompañamos y participamos las hermanas Dioselina Tabares Suaza y Yasmin Patricia Contreras Rivera.
En las mañanas trabajamos en la Parroquia Nuestra Señora de la Macarena con un grupo aproximado de 25 jóvenes quienes pertenecen a los diferentes grupos parroquiales como catequesis, grupo juvenil, infancia misionera, etc. Se organizó la novena, haciendo referencia a la propuesta de la arquidiócesis a trabajar para el 2018 sobre el Buen Trato: “En esta navidad, Dios nos tomará y su BUEN TRATO nos ofrecerá”.
Participaron aproximadamente seiscientos personas entre niños, niñas y madres gestantes. Se trabajó por cuadrantes con los diferentes líderes. En la novena, el eje central era el ángel Gabriel quien debía cumplir misiones de dar mensajes a los diferentes personajes del pesebre, para así, poder ganar su premio que eran las alas. Es un gozo haber trabajado y abrazado la experiencia fuerte de Dios en los niños, quienes esperaban ansiosamente el nacimiento del Niño Jesús en sus corazones como lo expresaban cada día en la novena. Cantaban alegremente los villancicos y gozos que son muy característico en nuestra tierra colombiana.
Por las tardes el trabajo continuaba en la Parroquia La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, dónde nos esperaban aproximadamente doscientos niños y niñas, además con una nota característica que había adultos mayores en la participación de la novena. Los grupos se repartieron por comunidades con los nombres de los evangelistas. Durante los días de la novena a cada comunidad se les iba proponiendo retos. Estos retos consistían en colocar en práctica los diferentes valores, que se veían en cada tema de la novena. Los participantes estuvieron muy animados y alegres en saber que pronto volvería a nacer Jesús en sus corazones.
Para terminar, el último día de la novena los párrocos y líderes repartieron a los niños y niñas un pequeño detalle. Las caras de alegría y emoción por esos regalos no se hicieron esperar y al igual los agradecimientos. Es una gran experiencia el haber compartido estos días con los niños, jóvenes, adultos, ancianos y colaboradores de las diferentes parroquias. Se puede palpar claramente, la presencia de Dios desde lo mas pequeño, sencillo y humilde. Un Dios que nace en un pesebre y redime la humanidad, alegra los corazones y da esperanza a los corazones de estas personas.

Si el cielo tiene sucursales, estuvimos en una.

Es lo primero que podemos referir acerca de nuestra experiencia de misión en este rinconcito de nuestro país (Colombia). En muchos momentos fue inevitable sentir el susurro de las palabras de nuestras Constituciones: “extender el Reino de Dios”, porque de manera sorprendente, cálida y sencilla pudimos palpar que ese Reino, está vivo y crece en medio de nosotros, como ya el Señor nos lo ha dicho a través de su Palabra y además, que nuestra tarea en muchos momentos consiste y consistirá en dejar que pase, que sea, que acontezca por Sí mismo.

Primero recibimos la acogida de las personas que habitan en esta vereda, desde el saludo amable y obsequio de una bebida para el calor, hasta la presentación que los niños nos hicieron de los animalitos que cuidan y quieren con tierno afecto. Esos mismos niños nos acompañaron a cada paso y alegraron nuestra estadía en medio de sus familias.

Preparamos la escuela en la que nos hospedamos durante el espacio de la tradicional novena navideña y que fue también propicia para el desarrollo de la experiencia misionera de las jóvenes: Nayla, Liliana, Karen, Daniela y Alejandra, que nos acompañaron como parte de su proceso de discernimiento vocacional y de acercamiento a nuestra comunidad. Ellas desde el primer día procuraron en la medida de sus posibilidades, disponerse para vivir la semana como nos lo propusimos, en ambiente de familia, cada una con responsabilidades en la casa y el trabajo pastoral.

Cada una de ellas tiene una historia y una manera de ser, que la constituyó parte importante de la experiencia de Dios para todas. Finalizada esa semana y en continuación con la dinámica orante de toda la misión, las jóvenes escribieron sus cartas para definir el paso siguiente en su proceso de seguimiento a Jesús con nuestra comunidad.

En cuanto al trabajo pastoral, fue realmente edificante y motivador ver a las personas de este lugar trabajar incansablemente en medio del calor, reunirse en las tardes, abrirse para todas las actividades que propusimos y propusieron; a los adultos disfrutar como si fuesen niños y a los pequeños vivir con tanta intensidad y empuje, que parecen tener la experiencia de más años.

Es cierto también que allí no hay invasión de medios tecnológicos en exceso y que prevalece la preferencia por el encuentro con el otro, por los juegos que incluyan a los vecinos y amigos hasta ser muchos, ir al río en las tardes, ayudarse entre sí y de manera especial a quien se dan cuenta que lo necesita. Todos ponen de sí lo que pueden, con libertad y donación, tanto como se alcanza a pensar, que ni lo notan, no reclaman reconocimientos, solo lo hacen.
Siguiendo la espiritualidad de Sor Isabel de la Trinidad, podemos comprender que el cielo se puede gozar aquí y ahora, y si el cielo pone oficinas por ahí, este lugar y su gente es un cielo latente, creciendo. Claro está que también les acompañan sus luchas diarias, la enfermedad, historias cargadas de tragedia, violencia y dolor, muchas veces aparece el silencio y unas lágrimas ruedan sobre sus mejillas. Les vimos aguardar por respuestas, orar, confiar, luchar, buscar de Dios el consuelo, ponerse en pie, sacar de lo profundo de cada uno lo mejor y esto también es el cielo.

Tuvimos también la gracia de levantarnos durante algunos días muy temprano, en la madrugada, para ir de la vereda al pueblo, caminando con la gente que sin importar el esfuerzo que constituye el tiempo de camino y el madrugar, se disponen a encontrarse con su comunidad y con Dios en el espacio de la novena de las cuatro de la mañana. Y gracias a Dios también, uno de los días de la novena, el vicario de la parroquia subió a presidir la Eucaristía en la vereda, con gran calidez y cercanía de pastor.

Por otra parte, “La Colorada”, otra vereda de El Zulia, hizo parte de nuestra experiencia del Señor. Acompañamos su novena de sector, con mayor sencillez pero con amplia capacidad para ir a lo profundo de la relacionalidad y acogida. Cada día nos transportaba por Don Jesús Zapata, un señor muy generoso de Las Piedras, hasta las diferentes casas en que se realizaba la novena. Sus integrantes eran pocos y muy persistentes en el encuentro de la tarde, los niños igual de alegres y los jóvenes tímidos pero accesibles, más tesoros para abrazar.

Podemos señalar, finalmente, que en Las Piedras y La Colorada, su cariño y el nuestro forjaron lazos, que para unos y otros son lazos para la eternidad, somos ahora más hermanos puesto que ya conocemos rostros y nombres y cada uno tiene un hogar en el corazón del otro, así el Reino se sigue extendiendo y así, ¡cuán infinitas gracias y alabanza elevamos a nuestro buen Dios!, que por ser nuestro Padre, nos capacita para ser y hacer familia al modo de Jesús.

No podemos terminar sin antes seguir encomendando en oración a las jóvenes que vivieron su experiencia de misión, a las que dentro de este grupo pidieron ingreso al aspirantado interno y a las que seguirán buscando respuestas teniendo como guía la brasa de amor que no se consume, a Jesús en su interior. Roguemos para que todo redunde en bien de nuestra iglesia y para gloria de nuestro Señor.

Con eterna gratitud y alegría de compartir nuestra experiencia,

Hna. Lina María Ortiz Téllez, ctsjHna. Emily Adriana Larrota Niño, ctsj

Las hermanas que estamos participando en el encuentro de finalización del Quinquenio, seguimos viviendo una experiencia muy gratificante y formativa. Hemos estado del 10 al16 de diciembre en una experiencia de misión en sabana Yegua, Azua, tocando muy de cerca la realidad de pobreza y exclusión. Ha sido muy significativa la experiencia ya que es un lugar donde se recuerda con gran cariño a cada una de las Hermanas que han pasado por esa comunidad, aunque ya no nos encontramos allí. Durante esta semana hemos visitado a las personas ancianas y enfermas que conforman el patronato San José, los Centros de Nutrición en los diferentes campos, acompañamos a los sacerdotes en las comunidades parroquiales para la eucaristías, encuentro con los jóvenes, participación en la emisora de radio, visita y eucaristía en la cárcel, preparación – celebración de la comida navideña con los ancianos que conforman el patronato y llevando la comida a las personas impedidas que no pudieron participar en la fiestas (unas 100 personas). Una experiencia de gracia que nos ayuda a contemplar al Dios que nos habla a través de los más necesitados.
Además nos hemos unido a la celebración de clausura del Centenario de la muerte de la Madre Teresa Guasch, en un encuentro festivo con las Hermanas de la Provincia y las fraternidades Carmelitanas, celebrado en el colegio San José y en los Hogares Teresa Toda de Azua, el día 17 de diciembre.
Ya nos encontramos nuevamente en la casa Provincial, donde después de realizar una lectura creyente de la realidad y de compartir la experiencia de inserción en la misión, hemos iniciado la reflexión sobre los votos en la vida religiosa.
Seguimos en comunión y agradecimiento por este tiempo privilegiado. Y también queremos felicitarles en estas fiestas de navidad. Que el niño Jesús nazca en nuestros corazones ¡Feliz Navidad!

Hna. Socorro González González, ctsj

Les compartimos una gran alegría, por fin se ha bendecido la casa de Hermanas Mayores, de la Provincia Nuestra Señora de la Altagracia, ubicada en la calle José Andrés Aybar Castellanos 134, La Esperilla, de la ciudad de Santo Domingo, al lado de la casa Provincial.
El día 23 de diciembre tuvimos una eucaristía solemne para la bendición de la casa, presidió la celebración el P. Javier Vidal sj, asimismo se reservó el santísimo en la capilla y oratorio de la comunidad.
Damos gracias a Dios que nos ha permitido la realización de este proyecto, para ofrecer a nuestras Hermanas mayores un espacio adaptado a sus situaciones vitales en esta etapa de su vida, para que puedan seguir su proceso de configuración con Jesús.
Nuestras Hermanas mayores ya están en su nueva residencia, están felices y adaptándose a los nuevos espacios. Es una casa muy bonita, sencilla, acogedora y con detalles que le dan el toque cálido y familiar.
El número de teléfono de la comunidad es 809-227-2529
Y el correo electrónico es rdcasamayores.ctsj@carmelitastsj.org
Hna. Rhina Yberth Reyes, ctsj

Desde el día 5 de diciembre, con mucho ánimo y alegría, nuestras Hermanas convocadas al Encuentro del Quinquenio han iniciado esta experiencia de vida, en la casa Provincial de la Provincia Nuestra Señora de la Altagracia, acompañadas por la Hna. Carmen María Ugidos, delegada general de formación.
El propósito del encuentro, en esta etapa de su Vida Consagrada, es brindar a las Hermanas la oportunidad de renovar, fortalecer y redimensionar el seguimiento de Jesús, como CTSJ.
Las Hermanas participantes son todas dominicanas: Josefina Acevedo Marmolejos, Leocadia Durán Santiago, Orlanda García Rodríguez, Socorro González González, Johanny Guerrero Soler, Carmen Luisa Jiménez Pérez y Rosa Jiménez Sánchez. La mayoría están realizando su misión pastoral en distintas obras y presencias de la demarcación a excepción de una hermana, que está en la casa generalicia de Grand Bassam, África.

La Santa Sede ha dado a conocer las intenciones de oración del Papa Francisco para el mes de Diciembre 2017.

Por los ancianos, para que sostenidos por las familias y las comunidades cristianas, colaboren con su sabiduría y experiencia en la transmisión de la fe y la educación de las nuevas generaciones.

https://www.youtube.com/watch?v=HNHvbCNdjTM

El 23 de noviembre se otorgó el premio Doña Renée, en apoyo a la niñez y adolescencia de nuestro país, a los Hogares Teresa Toda de Azua. El mismo consiste en una placa y certificado de reconocimiento a la institución en el renglón Mejor ONG del año 2017 y medio millón de pesos dominicanos para el beneficio y protección de la niñez que acogemos en los Hogares Teresa Toda, el premio se concedió en la persona de la Hna. Josefina Acevedo Marmolejos, directora del Hogar.
Es para la Provincia Nuestra Señora de la Altagracia motivo de alegría compartirles esta noticia de familia que nos llena de satisfacción por la labor, el esfuerzo, dedicación, entrega y cariño de buenas madres de todas las Hermanas que día a día van dejando parte sí, en el progreso de esta obra de amor, acogiendo y acompañando a las niñas, adolescentes y jóvenes de los Hogares Teresa Toda, tratando de hacer vida el sueño de nuestras Madres Fundadoras Teresa Toda y Teresa Guasch de ser madres, maestras y amigas.
Gracias al apoyo de tantas personas cercanas y amigas de la obra, que con su tiempo, acogida, dedicación, donaciones, somos merecedoras de este premio que compartimos también con ustedes.

Hna. Josefina Acevedo Marmolejos, ctsjDirectora de Hogares Teresa Toda, Azua RD

Os escribimos desde Santa Marta de Tormes, Salamanca, España en donde está situada la “Casa Hogar Teresa de Jesús”. Aquí vivimos y convivimos 8 niños, 4 hermanas, 5 educadores y una cocinera. Somos una familia rara, pero una familia, que cada día intenta estrechar lazos, aprender y crecer juntos.

Nos gusta jugar, pasear, ver la tele y ¡todos los aparatos electrónicos de hoy! Poco a poco, estamos haciendo muchos esfuerzos para coger rutinas sanas y estudiar a diario. Así que… ¡todos al cole y al instituto cada mañana!

Somos una familia grande por lo que necesitamos organizarnos para mantener nuestro hogar limpio y ordenado. Varias veces por semana colaboramos en los oficios para aprender lo que implica llevar adelante una casa y que en futuro seamos autónomos y responsables.

Al igual que en cualquier familia, nuestros días también implican celebrar la vida de cada uno de los que aquí convivimos. Por ello hacemos actividades lúdicas, fiestas de cumpleaños, paseos, viajes, talleres, etc., construyendo así un largo y hermoso camino que recorremos juntos.

Y como no podría ser de otra forma, en esta casa también se discute. Hay días en que alguno o alguna nos levantamos con el pie izquierdo. En esos momentos, intentamos ayudarnos entre nosotros y ser pacientes. ¡Al final todos los conflictos se resuelven!

También nos gusta ser miembros activos de la comunidad en la que vivimos. Solemos participar en muchas iniciativas y proyectos que llevan a cabo la parroquia de Santa Marta, además de colaborar con otras asociaciones y ONGs de nuestro entorno.

Como veis, tenemos una vida muy ajetreada y cada día es una aventura para nosotros. ¡Sabemos cómo empieza el día, pero nunca sabemos cómo acaba!

Somos una familia muy afortunada porque contamos con un gran número de personas que nos acompañan en nuestro caminar; adultos, jóvenes e incluso pequeños de Salamanca, pero también de otras partes del mundo colaboran en el Hogar formando el equipo de voluntariado. Puede ser para ayudarnos a estudiar, colaborar en las actividades de Ocio y tiempo libre, arreglar alguna cosa en casa que se haya estropeado y a veces para regalarnos alguna cosa especial… asi que si tú, que has llegado hasta aquí, quieres entrar a formar parte de esta familia puedes ponerte en contacto con nosotros en casahogarteresadejesus@gmail.com

Con motivo de la Semana Vocacional, como ya es tradición en nuestra Provincia Nuestra Señora de la Altagracia, los días 10 al 12 de noviembre, realizamos en el Colegio Santa Teresa, una convivencia vocacional con el tema: “Joven abre tu corazón a Jesús”. “Tu vida en las mejores manos”.

La experiencia se desarrolló con espacios orantes, la presentación del tema a cargo de una de las Hermanas y seguido de una reflexión personal. La Hna. Estefanía novicia de 2do año tuvo la oportunidad de compartir su experiencia vocacional, lo que suscitó en las jóvenes una serie de preguntas a las que con mucha seguridad en sí misma la Hna. respondió.

Las jóvenes también tuvieron la oportunidad de expresar su dinamismo y creatividad, presentando el mismo tema en pequeños grupos, poniendo en evidencia sus talentos con dramatizaciones, programas de televisión y canciones.

Como expresión de la fe, vivimos espacios de oración, el rezo de un Rosario vocacional, y en la noche una fogata también con matiz vocacional, a la que se integraron algunas Hnas. de la comunidad El Carmelo. La fogata terminó con un rico chocolate caliente con galletitas que nos preparó la comunidad Ramón Matías Mella.

Participaron 15 jóvenes de los centros educativos Liceo El Carmen, Ramón Matías Mella, Inmaculado Corazón de María, Hogares Teresa Toda de Azua; dos jóvenes de Bánica, provincia Elías Piña, que conocieron a nuestras Hermanas en jornadas pastorales de la Diócesis de San Juan de la Maguana y tres jóvenes que nos conocieron en un encuentro juvenil arquidiocesano en Santo Domingo. Acompañamos a las jóvenes las Hnas. Altagracia Marmolejos, Altagracita Mateo, Ariela Ciprian, Briseidy Jiménez, Orlanda García, Milka Bautista, Stephanie Santiago y la novicia Estefanía Veras.

Cabe destacar que la comida nos la facilitaron las comunidades Santa Teresa, El Carmelo, las Fraternidades Sinaí, de Santa Teresa y algunas madres también del Colegio. Esto nos facilitó que pudiéramos estar centradas en el acompañamiento a las jóvenes.

Experimentamos la comunión como compromiso de todas, no sólo las Hermanas que acompañamos a las jóvenes, sino toda la Provincia que desde días antes oró incesantemente por el éxito de esta experiencia.

Seguimos contando con la oración de todas por estas jóvenes y las Hermanas que tenemos el compromiso de acompañarlas.

“Mantengamos viva la llama de Teresa Guasch”.