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Hermanas Carmelitas Teresas de San José


JORNADA DE REFLEXIóN: “MISIóN COMPARTIDA” MIRANDO EL FUTURO

El pasado sábado 23 de marzo en el colegio marianista “Sta. María del Pilar” de Madrid, fuimos convocados por la CONFER todos los responsables y/o delegados directos de la Misión Compartida y del Laicado de los Institutos Religiosos. De las Carmelitas Teresas de San José, asistimos por parte del equipo de titularidad, la hermana Merche Trigo y la laica Mª Ángeles García. Por parte de la Fraternidad Carmelitana la hermana Mª Lourdes Marco, la hermana Eulalia Bosom y un servidor. En total nos reunimos 74 personas entre religiosas/os y laicos/as, que representaban a 57 Institutos Religiosos.

Los objetivos eran compartir la reflexión realizada por la CONFER sobre la Misión Compartida, reflexionar sobre unos presupuestos básicos y un lenguaje común en torno a la Misión Compartida, conocer la realidad de la Misión Compartida en los Institutos Religiosos que tienen un recorrido y establecer los principales retos de futuro para trabajar tanto en la CONFER como en los Institutos.

La mañana comenzó a las 9:15 con una oración y la presentación de la jornada. A continuación, comenzó una apretada mañana en la que trabajamos sobre los pilares básicos del camino recorrido, del que destaco lo siguiente:

TODOS, hermanas y laicos/as, estamos llamados a compartir la vida desde una exigencia y entrega al amor. A vivir la vocación, que es la relación de Dios con cada ser humano. Que de la misma manera que compartimos una vocación compartimos también la responsabilidad de la misión. La misión nace del don gratuito de la vocación. Que cada uno es una misión. Tú eres una misión, y yo soy una misión. La misión tenemos que vivirla como como un compromiso, una llamada de Cristo, una tarea confiada a la Iglesia, compartiendo con los otros componentes de la familia los rasgos propios de la espiritualidad. Este nuevo sistema de eclesiología de comunión nos lleva a pasar de lo jerárquico a lo comunitario, de la pirámide al círculo, de la separación al encuentro. Y de esa unión viene lo especifico, no lo exclusivo. “Unión sin confusión”. En la Iglesia lo que es propio no es exclusivo. Que la comunión se consigue a partir de la diversidad y no de la uniformidad. Lo que es diferente, no separa, sino que distingue y enriquece al conjunto.

Religiosas/os y laicos/as tenemos muchas cosas en común: El seguimiento a Jesús y la referencia al Reino. El modo de existencia cristiano. Todos partimos del mismo Carisma, del amor de Dios, en igualdad de dignidad, deberes y derechos y participamos activamente de la misión de la Iglesia. Pero también tenemos que identificar las diferencias entre religiosas/os y laicos/as: La profesión de la/el religiosa/o y el compromiso de los laicos/as. Las llamadas también son diferentes. Una consagración específica sitúa a la/el religiosa/o de una manera determinada (Votos-Vida Común). El laicado se vive desde la secularización, en los asuntos temporales. La misión es común, pero los ministerios diferentes.

Pero no podemos hablar de Misión Compartida si no compartimos Carisma. El Carisma no es de un Instituto, es un don que el Espíritu da a la Iglesia para el mundo por intermedio de una o más personas y transmitido por el grupo heredero de los mismos. Es decir, todo carisma congregacional pertenece a la Iglesia. El Carisma es el elemento unificador, el puente que permite el encuentro, la raíz de nuestras relaciones. A los laicos nos da identidad espiritual. Compartir el Carisma implica la comunión entre los que lo comparten. La corresponsabilidad en la misión. Discernir juntos. Formarnos juntos, no por separado con una formación adecuada y específica. Una formación que desarrolle la Misión Compartida en la identidad del Carisma, en el sentido de pertenencia a la Familia Carismática, para que todos entendamos laicos/as y religiosas/os nuestras vidas en clave eclesial.

Sobre la una y media celebramos la Eucaristía. Tras la comida, continuamos analizamos en pequeños grupos todo el contenido de la mañana y después hicimos una puesta en común para sacar unas líneas de acción y las conclusiones. Pasadas las seis y media de la tarde nos despedíamos con la sensación de haber vivido un día muy intenso y de tener ante nosotros un horizonte lleno de esperanzas.

Todo este proceso es largo y estamos dando pasos, unos más adelantados, otros menos, pero sabemos que ése es el camino que nos marca el Espíritu hoy en la Iglesia.

Conscientes de las dificultades avanzamos con la confianza plena en el Espíritu. Él sabrá llevarnos por los caminos adecuados para que nuestro mundo tenga vida y vida en abundancia: la vida de Jesucristo, el Señor.

Manolo Ponce
Fraternidad Carmelitana Anawin. Lepe

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“EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTRAS Y ESTAMOS ALEGRES”

La celebración de las Bodas de Oro de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José, casa Noviciado San José Medellín, nos ha permitido hacer memoria agradecida de la ternura y amor de Dios en la vida de las Hijas de Teresa Toda y Teresa Guasch a lo largo de estos 50 años de vida, de entrega y servicio en tierras antioqueñas, “tierras que manan leche y miel” como diría el salmista. Pueblo de labradores, de gente trabajadora, semillero de vocaciones, de mujeres integras, apasionadas por Jesús y su Evangelio, que constituyen una riqueza para la Iglesia, como también para nuestra Familia Religiosa.
La presencia de las Carmelitas Tersas de San José se ha hecho visible hoy, 16 de marzo de 2019, con fuerza y esplendor, como lo fuera en aquel tiempo providencial de la llegada alegre, sencilla, humilde, de la primera comunidad de Hermanas a Medellín: Isabel Fuertes, Rosalía González y Jacinta Martínez, tres religiosas entregadas, valientes y disponibles para asumir la misión Educativa, Formativa y Pastoral y así poner en marcha la casa Noviciado San José. Como ellas, las Carmelitas Teresas de San José, que viven o han pasado por el Noviciado San José, han dejado huella imborrable con su vida entregada e incondicional, siempre al servicio de los más necesitados.
Hoy como ayer, hemos sentido la cercanía, la felicidad, el agradecimiento de este pueblo hermano, creyente, amante de la vida, que se ha volcado con cariño e inmenso gozo, manifestando su felicidad, valoración y gratitud por la presencia, el testimonio de fe y de vida de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José. Este pueblo nos sigue acogiendo, ayudando, queriendo con alma y corazón.
Destacamos la presencia siempre alegre, responsable, el amor, el servicio, la entrega y cercanía de toda nuestra Congregación a través de la oración, las felicitaciones, resaltamos el saludo fraterno y festivo de la Superiora General, Hna. María Rosa Bernardo, los comunicados recibidos de muchas de nuestras comunidades, como también la presencia alegre, festiva, servicial, atenta, delicada de muchas de las hermanas de Colombia y Hna. Sandra Flores de Chile, que superando obstáculos e incomodidades celebraron con nosotras este gran acontecimiento siendo signo de comunión.
La experiencia viva de Fe, el sentir la oración de tantas personas allegadas a la comunidad. El sentido eclesial con la participación de todas las Familias Religiosas del sector de Prado, la presencia de Sacerdotes amigos de la Comunidad, Padres: Federico Carrasquilla, Milton Moulthon, OCD entre otros; amigos, familiares y bienhechores de la comunidad… todo, absolutamente todo nos ha permitido sentirnos renovadas, alegres, impulsadas, por la fuerza del Espíritu a revitalizar nuestra vida como mujeres consagradas, valientes y decididas por Jesús y su Reino, a vivir y consolidar el carisma congregacional entre las Hermanas y con quienes compartimos la misión, al estilo de nuestras venerables Madres Teresa Toda y Teresa Guasch.
En dos celebraciones especiales conmemoramos los “50 años de presencia en Medellín”: las vísperas del 2 de marzo. Y Eucaristía de acción de gracias del 16 de marzo.
Nuestra gratitud a toda la Congregación, a cada hermana Carmelita Teresa de San José, por las muestras de cercanía y comunión, al acompañarnos en tan significativo acontecimiento comunitario. ¡GRACIAS SEAN DADAS A DIOS!

En nombre de la Comunidad Noviciado San José,Hna. Gladys Betty López Díaz, ctsj

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ACCIÓN DE GRACIAS POR EL INICIO DE MI NOVICIADO: UN DÍA VIVIDO EN FRATERNIDAD

El pasado martes 19 de marzo (fiesta de San José) celebramos, en la capilla de la Comunidad de Medellín-Noviciado San José, mi ingreso a la etapa del noviciado en la Congregación de Hermanas Carmelitas Teresas de San José.
Las celebraciones comenzaron en las vísperas de San José con una serenata. Al día siguiente dábamos gracias al Señor por el don de la vida y vocación, y compartíamos un grato desayuno por el cumpleaños de la Hermana Yamile y los 25 años de Vida Religiosa de la Hermana Sandra.
Después de ese compartir comencé a disponer el corazón para vivir la celebración de mi ingreso al noviciado. Esta celebración se realizó en compañía de quien fue mi formadora en Chile, de las Hermanas, Novicias y Postulantes presentes en Medellín ese día y en comunión con todas las Hermanas de la Congregación que me acompañaron con su oración. En todo momento me sentí muy unida a mis Hermanas de Chile. Presidió la celebración Hna. María Jesús Melón, Superiora Provincial.
En la Eucaristía, presidida por el Padre Fernando Zapata, el sacerdote destacó la figura de San José como aquel hombre que supo ser dócil a la voluntad de Dios. De esta manera nos exhortaba a seguir el ejemplo de San José, a escuchar a Dios no sólo con el corazón sino también en nuestros sueños, porque a través de ellos el Señor también se manifiesta.
Debo reconocer que fue un día lleno de emociones, porque no sólo celebrábamos mi ingreso a la etapa del noviciado. Ese día también nos reuníamos para celebrar el día de San José, nuestro querido patrono, la vida de la Hermana Yamile y los 25 años de Vida Religiosa de la Hermana Sandra. Es en el compartir donde voy descubriendo el don de la fraternidad, y comprendo que la esencia de una Carmelita Teresa de San José, sin importar su país de origen, siempre es la misma. Tratamos de vivir nuestra vida con sencillez, humildad, sin hacernos notar, poniendo amor en todo lo que hacemos. Sin duda fue una celebración llena de detalles y de sorpresas. Son esos gestos de amor los que van animando nuestras vidas.
Doy gracias al Señor por estos dos años de formación en Chile, por todo lo que he aprendido de nuestras hermanas, quienes con su ejemplo y vida entregada me han ayudado a seguir caminando tras las huellas de Jesús; a mirar a María como una Madre que siempre nos sostiene en las dificultades. También doy gracias a quienes fueron mis compañeras de proceso en Chile, a todas las personas que se han hecho presente en este caminar, por todos los gestos de amor que el Señor ha tenido conmigo, quien a pesar de mis fragilidades me sigue llamando a vivir la Vida Religiosa bajo el carisma de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José.
Comienzo esta nueva etapa con mucha ilusión y alegría porque siento que es el espacio para profundizar en la relación con el Señor; en nuestro Carisma y Espiritualidad para internalizarlos y hacerlos propios.
Me encomiendo a sus oraciones, a la protección de nuestras Madres Fundadoras y a nuestros patronos, de manera especial a San José, para que siguiendo su ejemplo de vida pueda conocer, aceptar y practicar la voluntad de Dios todos los días de mi vida… y así en nombre del Señor pueda seguir echando las redes al mar y navegar hacia donde Él quiera llevarme.

Hermana Novicia Constanza Farías Banto

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ESPERANZAS AL COMPARTIR NUESTRA 43ª ASAMBLEA DE DELEGACIÓN

Los días del 16 – 18 de marzo, la Delegación Nuestra Señora de Guadalupe, hemos estado reunidas en nuestra 43ª Asamblea de Delegación, en la Ciudad de México, y hemos vivido espacios muy ricos de encuentro fraterno, oración y discernimiento.
Como Congregación estamos viviendo un kairós, un tiempo de oportunidad en el proceso de reestructuración – revitalización. Durante estos días hemos tenido la oportunidad de tomar conciencia de nuestro caminar durante el sexenio y ha sido muy interesante caer en la cuenta de nuestro proceso, de tanta vida entregada y del paso de Dios por nuestra historia.
Hemos sentido gozo por el camino recorrido como Congregación, acompañadas por la Hoja de Ruta y ser conscientes, a la par, de que lo principal es la conversión personal y comunitaria, que está a la base de todo el proceso.
También ha sido motivo de agradecimiento, gozo y esperanza, estudiar el borrador de Proyecto Apostólico Congregacional, constatar que es un importante instrumento de comunión en lo esencial, y que recoge muy bien nuestro Carisma, nuestra vida y misión compartida con los laicos, y puede ser un excelente medio al servicio de la vida y la evangelización, en todas nuestras obras y presencias.
Hicimos una lectura creyente de nuestra realidad y la llamada a ser presencia evangelizadora en los nuevos escenarios de misión, y en las periferias existenciales, que nos apremian a revitalizar nuestra presencia misionera.
Agradecemos al Dios Padre Madre, misericordioso, que se ha hecho presente en nuestro caminar y nos sentimos motivadas a vivir al aire del Espíritu, con gozo y esperanza, este tiempo pre capitular.
Agradecemos, también, estos días de fraternidad y discernimiento, en la certeza de que Dios acompaña y bendice nuestro trabajo, orientado hacia la construcción del Reino.Hna. Esmeralda María Blanco Rodríguez, ctsj

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ORAMOS JUNTO CON EL PAPA

Papa Francisco – Marzo 2019

Quizás nos cueste creerlo, pero hoy hay más mártires que en los primeros siglos.Son perseguidos porque a esta sociedad, le dicen la verdad y anuncian a Jesucristo.Esto sucede especialmente allí donde la libertad religiosa todavía no está garantizada.Pero también en países que en la teoría y en los papeles tutelan la libertad y los derechos humanos.Recemos para que las comunidades cristianas, en especial aquellas que son perseguidas, sientan la cercanía de Cristo y tengan sus derechos reconocidos.https://www.youtube.com/channel/UC3_w-2gDw2bb0P0rkqn_3IQ

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ENCUENTRO DE LA FRATERNIDAD “ANAWIN”, DE LEPE.

El pasado 19 de febrero de 2019 tuvimos un nuevo encuentro de la Fraternidad “Anawin”, de Lepe. Un encuentro que estábamos esperando como la espera de la cercana primavera. Nuestra Fraternidad llegamos el pasado año a terminar nuestra escalada el proyecto de formación-acción “Que todos sean uno como nosotros”, proyecto de formación que durante siete años hemos caminado y subiendo en cordada y con el dinamismo apostólico de nuestras madres fundadoras, Teresa Toda y Teresa Guasch. Siete años en donde hemos caminado con la alegría y sencillez en la transformación de nuestro entorno en donde vivimos como Hijos de Dios, hermanos unos de otros y sobre todo sin distinción y responsables de los más desprotegidos de la sociedad en donde vivimos y compartimos.
En este encuentro lo empezamos con la lectura del Salmo 91: Salmo para dar gracias y posteriormente pasamos a ponernos en manos de Dios y hacernos una pregunta, ¿Qué es lo que quieres Dios de nosotros? ¿Quiénes somos la Fraternidad Anawín, de Lepe? ¿Cuál va a ser nuestra misión? Y también ¿qué es lo que podemos ofrecer y testimoniar en comunidad hacia los demás?
Damos gracias a nuestras Hermanas Carmelitas Teresa de San José, en Lepe y de manera muy especial a nuestra hermana María Lourdes Marco Playá por su presencia y por animarnos en esta nueva misión que el Señor nos pide.
Juan Jesús Luis Martín
Miembro de la Fraternidad Anawín, de Lepe

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NUESTRA ESCUELA TERESA GUASCH

En el año 1978 con motivo de celebrar el centenario de la fundación de la comunidad Hermanas Carmelitas Teresas de San José, quienes tienen en la ciudad de Cúcuta el colegio El Carmen Teresiano y con el afán de difundir más la educación, en memoria de una de sus fundadoras la madre TERESA GUASCH, la comunidad del colegio se propuso la tarea de dejar como recuerdo del Centenario de su Congregación, una obra en pro de la comunidad en algún barrio marginado de Cúcuta, fue así como se eligió al barrio 7 de Agosto para favorecerlo con la tarea propuesta.
Es interesante saber que la manera como las Hermanas Carmelitas Teresas de San José tuvieron su primer contacto con el Barrio 7 de Agosto, fue gracias a las correrías apostólicas de la Hermana Encarnación Martínez, ctsj quien por esa época se dio a la tarea de buscar lugares educativos con necesidades concretas frente a las cuales se pudiera empezar a hacer realidad el aporte pastoral con motivo del Centenario de la Congregación. La Hermana Encarnación con la gran ayuda del señor Jorge Maldonado (Q.E.P.D), presidente de la asociación de padre de familia del colegio, fueron columnas vertebrales en la consecución de las ayudas.

La Escuela Teresa Guasch tuvo un momento de retroceso en el que las cosas iban cada vez desmejorando más, y según el testimonio de una de las hermanas Carmelitas que vio crecer la obra, fueron ellos dos, quienes sacaron adelante la obra contra viento y marea, trabajando día y noche para que las cosas se dieran.
Se comenzaron y llevaron a cabo diversas actividades encaminadas a la consecución de la escuela que quedó ubicada en la avenida 5° N° 7 – 40, barrio 7 de Agosto del municipio de Cúcuta. Se construyó en un poco más de tres meses y en ella participaron y colaboraron: las hermanas del colegio El Carmen Teresiano, docentes, padres de familia, estudiantes, algunas entidades comerciales, la mano de obra de los soldados del batallón y el ingeniero Jorge Maldonado director de la obra.

Después de los meses de trabajo, el jueves 8 de marzo de 1979 fue inaugurada y entregada a la comunidad con el nombre de TERESA GUASCH en honor a la madre fundadora de las Hermanas Carmelitas donantes de esta institución, que vieron con gran satisfacción la obra culminada y colaboración aún más para la dotación e inicio de las actividades escolares.

Durante todo el año de los 80 las Hermanas Carmelitas Teresas de San José estuvieron al tanto de las necesidades y colaboraron tanto material como espiritualmente en la enseñanza de la catequesis los viernes en la tarde y en las que muchos niños y niñas se prepararon e hicieron la primera comunión. Con la hermana Ana María Treceno Villacorta y un grupo de estudiantes del sector del colegio.

En 1981 la dirección de la escuela paso a manos de la hermana vicentina Sor Lola Inés Luna Mora quien realizo la mejor labor a favor de la escuela.

Para el año 2019 en la celebración de sus 40 años, bodas de rubí, la escuela continua brindando educación a muchos niños y niñas de escasos recursos económicos

Los directivos, administrativos, docentes y padres de familia, tenemos la responsabilidad de seguir cuidando el legado espiritual que un día nos dejaron con tanto cariño las Hermanas Carmelitas Teresas de San José, desde la realidad familiar de sus Fundadoras Madre Teresa Toda (mamá) y Madre Teresa Guasch (hija). Mujeres fuertes, inteligentes, capaces de dar vida en medio del maltrato, la pobreza y el abandono. Mujeres capaces de sacar bien, del mal.

Hoy más que nunca necesitamos formar en dignidad y respeto por la vida. Y qué buen referente tenemos en la vida de estas dos mujeres catalanas, sencillas y valientes del siglo XIX.

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LA PARTICIPACIÓN EN LA JMJ DE PANAMÁ CAMBIÓ MI VIDA

Por:María José Rozo Ocampo
Estudiante del Colegio El Carmen Teresiano de Cúcuta

Del 22 al 27 de enero de 2019 participé en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) de Panamá, junto con otras compañeras del Colegio El Carmen Teresiano de Cúcuta, y un joven de la ciudad. Nos acompañaron las Hermanas: Lina María Ortiz, organizadora y guía del grupo, Yasmín Patricia Contreras y Emily Adriana Larrota. Comparto mi experiencia de esta importante actividad a continuación.

Estoy segura que toda experiencia que le permita a cualquier persona acercarse y conocer más de Dios, es una experiencia que enriquece el alma y el espíritu; y eso fue lo que hizo la JMJ en mí. Definitivamente fue una experiencia que cambió mi perspectiva; mi manera de ver el mundo, cambió mi forma de pensar y de actuar, pero sobretodo me enseñó a darle un sentido diferente a lo que venía siendo mi vida.

Desde que pisamos el aeropuerto, Panamá nos recibió con los brazos abiertos. Logramos experimentar un ambiente totalmente diferente al que estábamos acostumbrados, la calidez y la alegría se sentían en el aire, y Panamá nos deleitaba con sus grandes y hermosas vistas, comenzando por ese hermoso “Canal de Panamá”.

Los Panameños abrieron las puertas de sus casas para que nosotros, los peregrinos, pudiéramos vivir esta grandiosa experiencia, y ellos mismos, como papás adoptivos, fueron los que se encargaron de enriquecernos con su cultura; enseñándonos sus costumbres y sus deliciosos platos típicos.

Las largas jornadas, las extensas caminatas y el calor de playa no fueron impedimento para tener siempre la mejor actitud; porras, canciones, gritos y demás expresiones fueron nuestro día a día. Nos unimos, en cada grito afianzábamos nuestros lazos y sabíamos que estábamos dejando en alto la bandera de nuestro país. La jornada nos permitió como peregrinos llevar objetos representativos del país, del cual habíamos llegado, y durante toda la experiencia ir intercambiándolos con los demás peregrinos del mundo, para poder llevarnos un recuerdo; un pedacito de cada país… y hoy, al llegar a mi cuarto puedo encontrar todo tipo de objetos y manillas, que poco a poco fui coleccionando, y que hacen parte de una semana inolvidable.

Desde que me embarqué en este viaje me dije a mi misma que esta experiencia iba a cambiar mi vida, y así fue, cada actividad y cada momento que viví, fue transformando poco a mucho mi corazón, y en momentos específicos logré ver y enamorarme un poco más de Dios, de aquel que me había amado muchísimo antes de yo conocerle… esa noche del miércoles, 23 de enero, justo después de que llegara el Papa, en el parque Omar estaba por empezar el concierto más hermoso en el que he estado. El Santísimo entró en medio de cantos y alabanzas, mi corazón se conmovió, inmediatamente me estremecí, y puedo dar mi palabra de que en mi vida nunca había sentido tanto amor y tanta paz, mis rodillas se doblaron; caí postrada en el piso y sentía como las lágrimas bajaban por mi mejilla, nunca había experimentado algo así, Dios presente, tan cerca, tan puro y tan misericordioso con alguien que en tan corta vida le había fallado tantas veces…

Una semana después, al recordar, me transporte al día en que llegó el Papa, experimenté mil sentimientos encontrados, no podía creer que por fin mi sueño se haría realidad. Llegamos muy temprano para poder ocupar un lugar en primera estancia y lograr ver al vicario de Dios. La espera fue extensa, cada hora, minuto y segundo valió la pena. Momentos antes de que el Papa pasara, el guardia de seguridad que cuidaba la valla me advirtió que ya venía en camino…, cuando logré ver al Papa, el cuerpo se me paralizó, me solté en llanto y no podía parar de temblar. La sensación es indescriptible, sentí un gozo que no cabía en mi alma. Luego sus mensajes tenían la capacidad de mover a todos los jóvenes, hacer un llamado a que encontráramos un Kerygma. El mío fue algo muy simple; me dejé guiar por el “SI” de María, arriesgándolo todo por ir tras una promesa…

Para finalizar, me llamó mucho la atención una frase del Papa Francisco, cuando nos invitó a “formar lío”, a “ser jóvenes del ahora” y no del futuro. ¿Para qué esperar al mañana? Si podemos empezar a cambiar el mundo con pequeños actos día a día, podemos dar un aliento de esperanza para que juntos sigamos construyendo nuestro camino con Dios.

Quedo con el corazón contento por tan magnifica jornada de la juventud, agradecida con Dios por haberme elegido como discípula suya para vivir esa experiencia, que sin duda alguna todos deberíamos tener la oportunidad de vivirla. Ahora solo espero con ansias la JMJ Portugal; más motivada que nunca empezaré a trabajar en mi discipulado, en reflejar el rostro de Dios, para que con mi kerygma pueda animar a muchos jóvenes que participen de esta jornada. Con acto de fe me dispongo como María a decir: “Hágase en mi según tu voluntad”.

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