El pasado martes 19 de marzo (fiesta de San José) celebramos, en la capilla de la Comunidad de Medellín-Noviciado San José, mi ingreso a la etapa del noviciado en la Congregación de Hermanas Carmelitas Teresas de San José.
Las celebraciones comenzaron en las vísperas de San José con una serenata. Al día siguiente dábamos gracias al Señor por el don de la vida y vocación, y compartíamos un grato desayuno por el cumpleaños de la Hermana Yamile y los 25 años de Vida Religiosa de la Hermana Sandra.
Después de ese compartir comencé a disponer el corazón para vivir la celebración de mi ingreso al noviciado. Esta celebración se realizó en compañía de quien fue mi formadora en Chile, de las Hermanas, Novicias y Postulantes presentes en Medellín ese día y en comunión con todas las Hermanas de la Congregación que me acompañaron con su oración. En todo momento me sentí muy unida a mis Hermanas de Chile. Presidió la celebración Hna. María Jesús Melón, Superiora Provincial.
En la Eucaristía, presidida por el Padre Fernando Zapata, el sacerdote destacó la figura de San José como aquel hombre que supo ser dócil a la voluntad de Dios. De esta manera nos exhortaba a seguir el ejemplo de San José, a escuchar a Dios no sólo con el corazón sino también en nuestros sueños, porque a través de ellos el Señor también se manifiesta.
Debo reconocer que fue un día lleno de emociones, porque no sólo celebrábamos mi ingreso a la etapa del noviciado. Ese día también nos reuníamos para celebrar el día de San José, nuestro querido patrono, la vida de la Hermana Yamile y los 25 años de Vida Religiosa de la Hermana Sandra. Es en el compartir donde voy descubriendo el don de la fraternidad, y comprendo que la esencia de una Carmelita Teresa de San José, sin importar su país de origen, siempre es la misma. Tratamos de vivir nuestra vida con sencillez, humildad, sin hacernos notar, poniendo amor en todo lo que hacemos. Sin duda fue una celebración llena de detalles y de sorpresas. Son esos gestos de amor los que van animando nuestras vidas.
Doy gracias al Señor por estos dos años de formación en Chile, por todo lo que he aprendido de nuestras hermanas, quienes con su ejemplo y vida entregada me han ayudado a seguir caminando tras las huellas de Jesús; a mirar a María como una Madre que siempre nos sostiene en las dificultades. También doy gracias a quienes fueron mis compañeras de proceso en Chile, a todas las personas que se han hecho presente en este caminar, por todos los gestos de amor que el Señor ha tenido conmigo, quien a pesar de mis fragilidades me sigue llamando a vivir la Vida Religiosa bajo el carisma de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José.
Comienzo esta nueva etapa con mucha ilusión y alegría porque siento que es el espacio para profundizar en la relación con el Señor; en nuestro Carisma y Espiritualidad para internalizarlos y hacerlos propios.
Me encomiendo a sus oraciones, a la protección de nuestras Madres Fundadoras y a nuestros patronos, de manera especial a San José, para que siguiendo su ejemplo de vida pueda conocer, aceptar y practicar la voluntad de Dios todos los días de mi vida
y así en nombre del Señor pueda seguir echando las redes al mar y navegar hacia donde Él quiera llevarme.
Hermana Novicia Constanza Farías Banto