Nuestras Madres Fundadoras orientaron su vida y obra hacia la niñez y juventud más desprotegida. Desde entonces esa ha sido nuestra preferencia en todos los ambientes y ámbitos de nuestra acción educativa y evangelizadora. Procuramos, por todos los medios, su santificación, tratándolos con el mayor cariño, cuidándolos con esmero, remediando sus necesidades con fe animosa, consolando sus penas y tomando su causa y suerte como propias. (Cf C 75).
Las Hermanas Carmelitas Teresas de San José, entendemos que las Fronteras Carismáticas a las que hoy estamos llamadas a dar respuestas son: la niñez, la juventud y las familias.
Queremos ser fuegos cuya pasión permita encender otros fuegos y poder caminar con esperanza, desde nuestra identidad, los senderos que el mañana nos está invitando a recorrer. Conscientes de nuestra debilidad y fragilidad, pero también del tesoro de la presencia del Espíritu en nosotras, nos comprometemos a avivar este fuego que nos lleva a arder en pasión por Dios y por su reino.