En los años 1994-1995 conocí a las Hermanas Carmelitas Tereas de San José, esa bella experiencia es inolvidable, las hermanas María Dolores Alegre Vidal (EPD) y Pilar Baral Tirado, fueron y son dos personas que en mi vida me ayudaron a formarme mejor como persona en todas mis dimensiones.
En la catequesis, pude experimentar diversas experiencias que forjaron en mi vida la mujer, esposa, madre, cristiana y la docente que hoy soy.
Desde mi experiencia en el ambiente educativo creo y sé que las hermanas son personas que aportan muchísimo en la sociedad, forman en valores, enseñan con sus buenos ejemplos, son mujeres entregadas a su misión apostólica, sin duda, colaboran en la extensión del Reino de Dios, en el aquí y ahora de nuestra sociedad.
Dentro de tantas vivencias compartidas en el transcurso de los años he aprendido de ellas a ser una persona abierta al cambio, al crecimiento personal, desde el autoconocimiento y valoración de lo que soy como persona. Además, experimento sentimientos de profunda gratitud por ayudarme a ser una mujer de bien en todos los ámbitos de mi vida: familiar, cristiana y profesional.
Mi primera práctica en el ámbito educativo con las hermanas para mí ha sido lo mejor que me ha ocurrido, pues ellas son mujeres sencillas, que enseñan con su testimonio de vida los diferentes valores que forman para la vida, desde la experiencia de sus fundadoras Teresa Toda y Teresa Guasch y su legado de hacerlo todo por amor. Valoro de manera especial sus actitudes de cercanía, acogida, exigencia y los consejos de todas las hermanas con las que he tenido la oportunidad de conocer y compartir. Por mencionar algunos nombres, recuerdo con alegría y satisfacción a las hermanas Mayra Peguero, Fabia Peña, Sandra Betances, entre otras que estimo mucho por compartir vivencias inolvidables.
Prof. Anny Paola OgandoMaestra de Formación Integral Humana Y ReligiosaCentro Educativo santa Teresa de Jesús Fe y AlegríaComendador, Elías Piña (R.D.)
