El 16 de julio, en el marco de la fiesta de la Virgen del Carmen, y en compañía de las Hermanas del Gobierno General, de algunas Hermanas de la comunidad de Agastia, del colegio de Madrid, mis Hermanas de la comunidad Noviciado San José y los feligreses que a diario asisten a la parroquia Santa María Madre de la Iglesia, emití mi primera profesión religiosa en la Congregación de Hermanas Carmelitas Teresas de San José.
La Eucaristía fue celebrada por el P. Herminio Martínez Molina, sm, en la Parroquia Santa María Madre de la Iglesia. Fue una ceremonia sencilla y emotiva a la que también se unieron de manera virtual nuestras Hermanas de otros lugares del mundo donde tenemos presencia, familiares y amigos que me han acompañado en este camino de seguimiento a Jesús.
Finalizamos el día con un compartir fraterno dando gracias a Dios por el Sí que he dado, y por mis deseos de seguir a Jesús pobre, casto y obediente según el carisma legado a nuestras Madres Fundadoras.
Todo lo que viví en el transcurso de ese día me lleva a entonar un canto de alabanza que se une al gozo de María, porque el Señor ha mirado mi pequeñez, porque Él sigue haciendo grandes obras, porque Él es fiel y jamás se ha olvidado de sus promesas ni ha cesado de derramar su misericordia sobre mí.
¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? (Salmo 115) es la pregunta que continuamente me hago ante tanto bien que el Señor me ha transmitido por medio de los acontecimientos vividos y las personas que me acompañaron ese día.
Gracias, Señor, por tantas muestras de ternura que me has regalado en el transcurso de estos días. Eres tú quien lleva el timón de mi barca. Por esto te pido que me des la gracia de serte fiel y con tu gracia perseverar en esta obra que tú has iniciado.
¡Me encomiendo a sus oraciones!
Hna. Constanza Farías Banto, ctsj