Un año más esperamos el encuentro con la Hermana María Lourdes como agua de mayo. Ella nos trae cada año al inicio del curso las carpetas con los documentos de trabajo para el nuevo curso. Con ellas nos trae su alegría, su cariño, su entusiasmo y su sabiduría. Es un auténtico y valioso regalo de Dios. Pero este año no ha sido uno más, este año iniciamos el último año del plan formativo Que todos sean uno, como nosotros. Además, la hermana Mª Lourdes ha venido acompañada de la Hermana Soledad que es la responsable animadora de la Fraternidad Carmelitana que este año comienza su andadura en el colegio de Madrid. Que el Señor los bendiga y los acompañe en este maravilloso camino.
El encuentro fue el domingo 24 de septiembre, a las 10:00 de la mañana, en la casa de campo que poseen nuestros hermanos Pepe, su mujer Pepi y su hijo Carlos y que amablemente nos ofrecieron y prepararon para nuestro disfrute.
Con este curso finalizamos la Ruta que nos propusimos hace siete años. Estuvimos recordando la experiencia vivida pasándola por el corazón. Fuimos valorando la belleza de nuestra cordada. Recapacitando sobre aquello que hemos descubierto en el camino y que antes nos pasaba desapercibido.
Repasamos los defectos que hemos descubierto en la cordada sin perder de vista que éstos no impiden ver la belleza de la misma. Intentamos descubrir nuevos horizontes. Fuimos tomando conciencia de que el Señor ha venido acompañándonos todo el camino.
Sobre media mañana hicimos un receso para reponer fuerzas y volvimos a la tarea, esta vez, repasamos la carpeta de trabajo del nuevo y último curso, siendo la hermana Mª Lourdes quien nos hizo entrega a todos y a cada uno de los miembros de la Fraternidad nuestra correspondiente carpeta.
Al mediodía comimos en un fraternal ambiente y rodeados de un entorno natural precioso. Tras la sobremesa nos despedimos para retirarnos a disponernos porque a las ocho de la tarde celebrábamos la Eucaristía del domingo en la que haríamos la segunda renovación de nuestra promesa ante toda la comunidad parroquial.
Fue el momento de decir ante el mismo Dios y toda la comunidad cristiana que queremos seguir formando parte de la Familia de las Dos Teresas, que queremos ser miembros de la Congregación de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José.Él nos llama por este camino y queremos vivir nuestra fe con el Espíritu de nuestra Fraternidad Carmelita. Nos ponemos en sus manos y en las de Nuestra Primera y Única Madre, Ntra. Sra. del Carmen, para hacer de nuestro fin una realidad.: Que todos sean uno, como nosotros.
La petición que nos está haciendo María: Haced lo que Él os diga, queremos hacerla realidad para dar vida en nuestro entorno y extender el Reino.
¡¡¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!!!.