Los días del 23 al 25 de febrero, se realizó una convivencia juvenil vocacional en las instalaciones de los Hogares Teresa Toda de Azua, dirigida por las Hermanas Carmelitas Teresas de San José. Participaron 15 jóvenes de distintas localidades del país.
Aquí dejamos algunas de sus experiencias, contadas por ellas mismas:
Esta experiencia ha despertado más en mí, el deseo de seguir a nuestro Dios, su camino. El momento de la vigilia me ayudó a conectarme con Dios y el compartir con las niñas del hogar. Miguelina 16 años.
La convivencia fue un momento importante para mí, ya que pude salir de mis zonas de confort lo cual nunca lo había hecho. Sentir la paz y la armonía que transmiten algunas personas fue increíble. Los momentos con las niñas fueron inolvidables.
Un momento importante y muy marcador en mi vida, fue la misión en Sabana Yegua, porque pudimos ver que no debemos estar quejándonos por las cosas que tenemos, porque hay personas que desearían tener esa poca cosa que tenemos y que debemos ser agradecidos con con Dios.
La convivencia fue un momento de conexión con Dios, de acercarnos más a Él y de reflexionar sobre el sí de María, que debemos decirle sí al amor de Dios y abrir nuestro corazón como lo hizo María. Yo viví la convivencia con alegría y con ganas de conectar más con Dios y fue maravilloso haberme acercado un poco más a Él. Alejandra 16 años.
Mi experiencia fue muy buena, porque pude encontrarme conmigo misma y preguntarme qué Dios quiere de mí. También fue muy especial compartir con las niñas, el momento de la Eucaristía me encantó. Me he sentido muy feliz. Lorena 16 años.
La experiencia me ayudó a conocerme mejor a mí misma y a mis compañeras, a reflexionar sobre la vida de las Fundadoras Teresa Toda y Teresa Guasch, aprendí de ellas, que si nos ponemos en las manos de Dios y aceptamos lo Dios nos manda, no hay obstáculo que no podamos vencer. Por otra parte, el estar con las niñas del hogar es una experiencia siempre agradable que me llena de armonía. Yuleidi 20 años.
La experiencia vivida fue increíble, me gustó muchísimo, me marcó mucho en todos los aspectos, es una experiencia que te hace pensar y valorar cada día lo que te rodea y las personas que están contigo, lo que es compartir y dar una palabra de aliento a esa persona necesitada. También conocer a las niñas, brindarle compañía, encontrarme con Dios en los momentos de oración. Estoy muy agradecida por esta oportunidad, deseo que se repita. A través de esta experiencia, volví a preguntarme lo que Dios está buscando de mí, qué quiere Dios conmigo. María Isabel 22 años.