El pasado sábado 30 de noviembre hemos celebrado en Madrid el II Encuentro Nacional de la Fraternidad Carmelitana de España.
La anfitriona, la comunidad fraterna Violetas del Carmelo, nos recibió como ellos saben hacerlo: con alegría, calor y un extraordinario desayuno. Tras el primer saludo e identificación de todos los participantes nos desplazamos a la Capilla del Colegio del Carmelo Teresiano, donde se celebró el Encuentro, para hacer la oración inicial, muy bien preparada por la Fraternidad Sicar, de Santa Marta de Tormes. A continuación, volvimos al magnífico salón de usos múltiples, que por cierto, está recientemente construido y que nosotros estrenábamos.
La Hermana María Lourdes, quien nos convocó y coordinó el Encuentro, presentó a las Hermanas Dania y Juana Dolores (Taty) del nuevo Gobierno General, que nos acompañaron en todo el Encuentro y también, a Albert y Miriam, dos miembros del equipo de pastoral de Lleida que vinieron a conocernos y, quizás, despertarles el deseo de formar una nueva comunidad allí.
Todas las fraternidades fueron testimoniando su itinerario y sus realidades, Anawin (Lepe), Sicar (Santa Marta de Tormes), Violetas del Carmelo (Madrid) y Misericordia (Reus). Descubrimos que cada fraternidad tiene diferente personalidad, pero todas tienen el mismo Carisma que es el de nuestras Venerables Madres Fundadoras. Que todas tienen sus cimientos en Jesús, que es nuestra roca. Que todas están en el camino de formación y oración personal y comunitaria y de compromiso de servicio con los que nos rodean. La Fraternidad es comunión de fraternidades que buscan vivir y testimoniar la fe con el Carisma recibido por nuestras Madres Fundadoras, en misión compartida, para extender y consolidar el Reino y como revitalizadores de la Iglesia.
Tras una rica mañana de trabajo, hicimos una pausa para comer y compartir, y de nuevo volvimos al tajo con unas dinámicas que nos hicieron reflexionar sobre la realidad de que somos misión, somos enviados, es necesario ponernos en marcha: todos somos imprescindibles para consolidar el Reino, en cordada es más fácil llegar a la cumbre, estamos llamados a vivir y transmitir el Carisma de nuestras Madres y todos, los diferentes caminos eclesiales o carismas, nos necesitamos.
Se propuso ir rotando el lugar de celebración del Encuentro, dejar más tiempo de sobremesa y más espacios de reflexión en pequeños grupos.
Se concluyó el Encuentro con una oración en la capilla, ante el Santísimo, y un envío con la entrega de la luz: Recibe la luz de Cristo y llévala a los que te rodean.
Nos despedimos y partimos hacía nuestros lugares de residencia. Tarragona, Salamanca, Madrid, Lleida y Huelva, dando gracias a Dios por el regalo de esta jornada y con el corazón desbordante de ilusión, alegría y pasión para vivir el anuncio con gozo y trasmitírselo a los demás. Una experiencia muy positiva y todos convencidos de que se ha fortalecido nuestra cordada.
Manuel Ponce Ortiz
Fraternidad Carmelitana Anawin
Lepe