Seguimos compartiendo algunos de los ecos que resonaron después del maravilloso encuentro del día 21 de julio entre las hermanas que estaban en el XXVIII Capítulo General y los laicos:
Qué bonito ha sido volvernos a encontrar en este caminito ascendente. Muchas gracias por haber abierto las puertas de “la casa carmelita” y tratado como a su propia familia. ¡Qué belleza hay en los designios de Dios!, ¡Cuánto de buscar el amor fraterno y de regalarnos dones complementarios para que nos apoyemos unos en los otros y todos en Él!
Reconozco que hubo un momento de profunda desolación y de sentirme chiquitita e indigna. Pero en esos momentos clave, el ayuno y la oración personal y de los hermanos, sostuvieron mi fe y mis piernas. Al final me doy cuenta de que todo va de esto: sabernos pequeños y débiles, de reconocernos necesitados en todo momento y de buscar los brazos del Padre con firmeza y confianza, como una niña que sabe que su Padre es el mejor de los padres del mundo y nos va a ayudar.
A medida que empecé a hablar, dejé de pensar en el miedo a salirme de la voluntad de Dios. Todo lo contrario. Sentí cómo el Señor alimentaba en mí la esperanza de que el partido estaba ganado y que sólo necesitaba que queramos jugarlo.
¡Este es nuestro momento! Nos toca a nosotros (a todos los que estamos vivos en esta tierra hoy) gritar el nombre del Señor. Como dice un amigo sacerdote, hemos venido a sudar la camiseta, no a quedarnos en el banquillo a ver cómo juegan otros… formamos un gran equipo, ¡EL EQUIPO CARMELITA! Y aquí nos quedaremos hasta que el Señor quiera o mande otra cosa.
Doy gracias a Dios por permitirme luchar a vuestro lado. Al lado de mis hermanas preciosas. Tan sólo nos queda caminar con el ánimo animoso. Que Dios nos bendiga y nos guarde, que nos muestre su rostro, tenga piedad de nosotros y nos conceda la paz.
Patricia López Caballero
Desde un rinconcito de Colombia, un abrazo fraterno, seguimos unidos en oración para que sea el buen Dios que las guíe y para que esta tarea que se inicia esté llena de amor por los más necesitados.
Saida Milena Ortega
Muchas gracias por la oportunidad. Bendiciones en esa gran tarea.
Nohora Cecilia Silva Ávila
Gracias, hermanas a ustedes por la iniciativa en depositar confianza en cada uno de nosotros, agradecemos esta inolvidable experiencia de entrega y entusiasmo.
Juderki Iluminada Andújar Díaz
Muchas gracias, por permitirnos participar de esta experiencia tan significativa, en el proceso de formación de cada uno de nosotros.
Adriana de Francisco
Hermanas Carmelitas Teresas de San José, mi más sincero agradecimiento por permitirme formar parte. Su acogida, dedicación y amor han sido una bendición para mí. Estoy profundamente agradecida por la oportunidad de colaborar con ustedes y aprender de su ejemplo de vida.
Muy agradecida por la oportunidad maravillosa y valiosísima de participar en este encuentro, gracias por permitirme ser parte.
Madelinne Paniagua