Celebrar “Bodas de Diamante”, lejos de sentir que la vida se escapa, es seguir caminando con paz, sin prisas ni protagonismos, sin inquietudes engañosas, con una comprensión creciente hacia todos y con mucha compasión, dejando que Dios vaya madurando desde el interior, en la vida ordinaria y cotidiana. Es ahora cuando la vida puede ir creciendo más libremente hacia su plenitud. Es ahora cuando cada experiencia dulce o amarga, cada logro grande o pequeño va ocupando su verdadero lugar; es ahora cuando se entona, como María, nuestro “Magníficat”. Al final, de todo hallaremos la ternura insondable de un Dios que es Padre y Madre. Celebrar “Bodas de Diamante” es seguir diciendo: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.
Eso es lo que hizo nuestra Hna. Presentación hace 75 años y que sigue haciendo con su vida de entrega sencilla, callada y generosa. Por eso, hoy damos gracias a Dios por su fidelidad y su misericordia para con nuestra hermana en estos 75 años de consagración como Carmelita Teresa de San José.
Celebramos la Eucaristía, el día 22 de mayo, en el Monasterio Santa María de la Asunción, de Villoria, presidida por el P. Juan Díaz y concelebrada por los demás monjes. Fue una entrañable celebración donde estuvo presente la Superiora General, Hna. María Rosa Bernardo Llamazares, algunas de las Hermanas de la comunidad de la Casa General y de la comunidad de Agastia 22 – 24, además de su comunidad que la acompañó en pleno. También asistieron varios de los familiares de nuestras Hermanas del pueblo.
Gracias a todas las Carmelitas Teresas de San José que la acompañan con sus oraciones, uniéndose a su acción de gracias. Presen celebró muy feliz, repitiendo con el salmista: ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Ponemos en las manos del Señor la vida de nuestra Hermana Presentación y la encomendamos a María, San José y Nuestras MM. Teresa Toda y Teresa Guasch.
Hna. Eulalia Bosom Banús, ctsj