El día 17 de febrero, de este año 2018, en el marco de la celebración del 140 aniversario de fundación congregacional, hice mi primera profesión religiosa en la congregación, para consagrar toda mi vida al Señor, con gran alegría y entusiasmo. Esta celebración se efectuó en la parroquia Santa Bárbara, en la comunidad de La Torre, acompañada de mis hermanas de esta demarcación, y con la presencia de la Superiora General, quien recibió los votos, Hna. María Rosa Bernardo Llamazares.
También mis familiares y amigos que fueron testigo de los votos que pronuncié, convencida de que la gracia de Dios se realiza en mi debilidad, como dice el apóstol Pablo: Tu gracia me basta. Tu fuerza se realiza en mi debilidad. (Cf. 2cor 12,9).
La eucaristía fue sencilla pero con gran sentido de fiesta, de acuerdo a la ocasión, fue presidida por el P. Roberto Núñez, msc. Lo acompañó el sacerdote Tomás Caba, ocd, párroco de dicha parroquia.
Doy gracias a Dios por la oportunidad que me ha regalado de consagrarme a Él, por la invitación a caminar junto en este proyecto de vida. En todo mi proceso vocacional y formativo el Señor ha hecho maravillas, me ha invitado, a confiar, a descubrir que todo lo puedo en Él.
Esta experiencia para mí ha sido muy gratificante, donde pude disfrutar y vivir dicha consagración. Ha sido una experiencia de hacerme pequeña y reconocer su voluntad, de abrir mi corazón para dejarlo entrar. Ha sido un tiempo de gracia, de descubrir su misericordia, su amor, de ir fijándome en sus actitudes para poder configurarme con Él.
Agradezco a cada una de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José, que con paciencia me han acompañado, me han ayudado a caminar, a confiar, a creer que Dios llama y capacita. Gracias Señor por su entusiasmo, alegría y su deseo de que siguiera descubriendo las maravillas que Dios iba haciendo en mí, descubriendo la configuración con nuestro Señor Jesucristo. En la medida que iba pasando el tiempo me ayudó a reconocer la voluntad de Dios y el deseo que tengo de donarme.
Quiero pedirte Señor que me conceda la gracia de la fidelidad y la perseverancia, y que sobre todo pueda ser signo visible de tu presencia salvadora, siendo testimonio de esperanza, alegría y misericordia. Y que sobre todo cada día te descubra en las pequeñas cosas. Gracias Señor por tantos beneficios recibidos y desde ahí me invitas a vivir en entera donación.Hna. Estefanía M. Veras Ortega, ctsj