El día 7 de septiembre, el Señor nos regaló poder celebrar el 25 Aniversario de mi Consagración Religiosa, en la comunidad, en la Congregación y en la Iglesia. Celebramos la fidelidad de Dios en mi persona; por la mañana, en la oración de laudes nos unimos a nuestra familia religiosa y en comunión con la Iglesia, dimos gracias a Dios por todos los bienes recibidos, y por su infinita misericordia expresada de diferentes maneras, en los detalles, oración y cariño de mis Hermanas de comunidad, de los miembros de las dos fraternidades que atendemos las Hermanas en San Luis Potosí, Kerigma y Kairós, de los profesores de la escuela “Hogar del niño”, con quienes compartimos la misión, la cercanía de todas las Hermanas que se hicieron presentes con algún mensaje, llamada y oración, así como Hermanas que me acompañaron de manera presencial. Agradezco a mi familia, aunque no pudieron estar de manera presencial por la contingencia sanitaria que estamos viviendo, sí estuvieron con el corazón, con su oración y en acción de gracias por el regalo de mi vocación.
La frase del profeta Isaías: He aquí a mi siervo, a quién sostengo, a mi escogido al preferido de mi corazón, frase que me viene acompañando y animando a caminar cada día. El saberme escogida, sostenida y preferida por Dios, me ayuda a vivir convencida, agradecida y a renovar con gozo y esperanza mi consagración como Carmelita Teresa de San José, con la única certeza de que no camino sola, que la misericordia de Dios estará presente en cualquier circunstancia de mi vida.
Doy gracias a Dios por haberse fijado en mí, por contar con mis limitaciones y por el derroche de amor del que me hace objeto, y por haberme llamado a ser Carmelita Teresa de San José.
Hna. Susana Arias Servín, ctsj