Respondiendo a inquietudes de nuestras niñas adolescentes y jóvenes del hogar el domingo 19 de febrero, llevamos a cabo una Jornada de interiorización con todas las que están en secundaria. Iniciamos esta jornada con la celebración eucaristica el sábado por la tarde.
La jornada fue organizada y acompañada por las hermanas Aba Rose y Alma Lidia que consistió en lo siguiente: A las 9 :00 a.m. nos reunimos en el apatán (lugar de reuniones) de nuestro patio en Betania e iniciamos con una dinámica de integración. Al sonido de música de fondo, de dos en dos se juntaron para compartir una experiencia dolorosa que les haya marcado. Luego en una hoja de papel cada una representó con una imagen el resumen de esta experiencia vivida. Se hizo el compartir en el grupo y cada una desde su creatividad y sinceridad expresó su sentir.
Una vez terminado este compartir procedimos a la oración inicial invocando la presencia del Espíritu Santo de Dios para que venga a actuar en nosotras según su querer.A continuación, se leyó y se les entregó el texto bíblico de apoyo, Isaías 43,3-5 ;15-17
«eres precioso a mis ojos y yo te amo
» el cual debían leer varias veces para comprender bien lo que el profeta nos quiere decir y sacar las frases que más les llaman la atención y por qué. Luego contestar a dos preguntas de lectio divina: qué me dice el texto y a qué me invita. Al final cada una escribiría una oración a Dios que leería al final de la jornada.
En horas de la tarde hacia las 3:00 p.m. hicimos un canto a María, Madre pidiéndole su protección maternal y se puso en común esta última reflexión de la mañana.Se hizo una evaluación en la que todas expresaron haber pasado un día estupendo de encuentro personal con Dios y con ellas mismas y están en la disposición de aprovechar otras jornadas con temática similar para su crecimiento personal.
En la dinámica de inicio la mayoría de las niñas expresaron abiertamente estar resentidas y adoloridas con sus padres que no están junto a ellas. Sienten, por decirlo de alguna manera, que éstos les han fallado al dejarles tan pronto sin cumplir sus expectativas.
Por esta razón al concluir la jornada, le entregamos a cada una una carta de una madre a su hija huérfana o bien de un padre a su hija huérfana con su nombre. Fue muy emotivo y consolador. Cada una en su lugar, leyó con mucho respeto la carta y después de unos minutos la mayoría comenzó a llorar; se dejó un espacio abierto de silencio para aceptar, reconciliar y sanar
Concluimos este espacio orando, tomadas de las manos, el Padre nuestro y dándonos un abrazo de paz.
Hna. Alma Lidia Rodríguez Zorrilla, ctsjAbidjan- Costa de Marfil
